Derecho Educativo
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RAUL EDILBERTO SORIA VERDERA: Es abogado y docente ha escrito extensamente sobre el Derecho Educativo; trabajó en escuelas secundarias y terciarias y en el asesoramiento legal del Ministerio de Educación de Catamarca. Fue profesor titular Universitario y se formo en posgrado de Derecho Público. Participó en Congresos y Paneles y dicta cursos y seminarios sobre Derecho Educativo. Es fundador y Director del CENTRO DE ESTUDIOS, INVESTIGACIÓN Y CAPACITACION EN DERECHO EDUCATIVO. Actualmente asesora a escuelas, docentes y padres sobre normas de convivencia y consejos escolares mediante la aplicación del Plan de Derecho Educativo para la Convivencia Escolar (P.D.E.C.E.).
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Aprender a concientizar, acordar y convivir

19 Mar 12 - 16:52

La convivencia escolar es una construcción sistemática y consensuada en la búsqueda del cambio del estilo de relación, comunicación y trabajo en los distintos espacios educativos, en los que se reconozca que el error y el conflicto son inherentes a la vida y que exigen el esfuerzo de buscar las estrategias acordes a un estilo de gestión democrático.
               
Es mucho más que un régimen disciplinario: involucra valores, ideales, principios, acciones pedagógicas correspondientes para que se tornen vitales.
               
Debe propiciar la participación democrática de todos los sectores de la comunidad educativa, según la competencia y responsabilidad de cada uno, en la elaboración, construcción y respeto de las normas, con el fin de mejorar el clima institucional, dado que el mismo compromete al curriculum tanto institucional como áulico, generando fuerte impacto sobre el proceso de enseñanza y aprendizaje.
               
Es indispensable pensar en los distintos niveles de participación institucional, para avanzar en la construcción de acuerdos consensuados de convivencia escolar.
               
No significa solamente aceptar tareas asignadas por otros, o colaboración en lo que se haya emprendido, sino involucrarse con otros en la redefinición de los problemas, construcción del diagnóstico, objetivos, ejecución en búsqueda de soluciones al mismo y evaluación de lo actuado. Participar implica aprendizaje.
               
Resulta pertinente reflexionar  y concientizar sobre distintos marcos orgánicos de participación, determinar posibilidades y límites, en el contexto institucional.
               
“Aprender a convivir con los demás es una finalidad esencial de la educación y representa uno de los principales retos para los sistemas educativos actuales. Se trata de un aprendizaje valioso en sí mismo e imprescindible para la construcción de una sociedad más democrática, más solidaria, más cohesionada y más pacífica.”   Informe a la UNESCO de la Comisión Internacional sobre la educación para el siglo XXI al señalar la necesidad de que los alumnos aprendan en la escuela a convivir
               
En consecuencia, la educación de la convivencia es parte sustantiva de la misión institucional de todo establecimiento. Así está expresado en el marco curricular y los planes y programas de estudios. Por ende, acordar e integrar en el proceso de enseñanza aprendizaje los contenidos, habilidades y actitudes que contribuyan a la construcción de una cultura escolar respetuosa de las diferencias y de la dignidad, promotora de la paz y la justicia apelan a deberes propios del trabajo escolar, así como,  a las expectativas de aprendizajes de docentes, estudiantes y padres.
               
Parte sustancial de la cultura escolar se manifiesta en los estilos de relación que se dan entre los actores educativos; la manera de abordar las situaciones de conflicto, falta y sanción; la mayor o menor posibilidad de expresarse que tienen los estudiantes, padres y miembros de la comunidad educativa; la  apertura de los espacios de la escuela para actividades propuestas por los alumnos y alumnas; la acogida o rechazo que estudiantes, padres o docentes encuentren a sus propuestas o inquietudes, entre otras dimensiones de la vida cotidiana de una institución escolar dan cuerpo a aquello que llamamos convivencia escolar.
               
La participación, compromiso y trabajo mancomunado de todos y cada uno de los actores educativos en torno a las acciones definidas en el Plan de Derecho Educativo para la Convivencia Escolar (PDECE), sólo es posible si subyace una relación de confianza entre unos y otros, que respete la experiencia y atribuciones del rol que les compete. En este sentido, la legitimidad que un proyecto de esta naturaleza alcanza en la comunidad, es mucho mayor si es que éste se ha originado en un proceso verdaderamente participativo que ha permitido acordar las normas de convivencia, y generar un aprendizaje y el compromiso de los involucrados a respetar las misma entendiendo que son lo mejor para el bien común de todos los integrantes de esa comunidad. .
               

El aprender a vivir con otros en un clima de respeto a las normas y a las diferencias, es un aprendizaje que depende de la calidad de la convivencia escolar que la comunidad haya construido.


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